El manejo de los distintos factores medioambientales que interactúan en un invernadero y que determinan el éxito de una buena cosecha, son una de las especialidades de Vardomo, ofreciendo a sus clientes experiencia contrastada y soluciones óptimas.
Para evitar que los cultivos se deterioren a causa de factores climáticos, Vardomo pone a su disposición sistemas de pulverización y nebulización que corrigen esta situación para que los cultivos y la fauna auxiliar dispongan de unas condiciones de vida óptimas.
Nuestro departamento técnico es capaz de ofrecerles los mejores sistemas de pulverización y nebulización según las necesidades de cada proyecto particular, con la consecución de los mejores resultados en cuanto a refrigeración, humidificación y pulverizaciones de fitosanitarios en invernaderos, semilleros, climatización de locales y cámaras con atmósferas controladas.
Sistemas de nebulización de baja presión:
Los sistemas de nebulización de baja presión son sistemas destinados a incrementar la humedad y conseguir la refrigeración en invernaderos con el menor coste.
Son sistemas recomendados para corregir condiciones de elevado déficit hídrico durante las primeras fases de los cultivos y evitar temperaturas excesivas.
EQUIPAMIENTO
Un equipo de nebulización de baja presión dispone de:
Equipo de presurización:
Electrobomba para suministrar el caudal y la presión que precisan las boquillas.
Cabezal de filtrado:
Se calcula en función de la procedencia, los materiales en suspensión del agua y el diámetro de paso de las boquillas de pulverización.
Redes de distribución y sectorización de cobertura total:
Conducciones, valvulería, materiales de fijación, etc. necesarias para el reparto uniforme y la gestión de los caudales de pulverización. La pulverización se hace en la parte superior de la zona a tratar, con el objetivo de cubrir todo el volumen.
Boquillas de pulverización:
Sistema que permite la aplicación de bajos caudales de agua a una presión relativamente baja (1-4 bar) con unos tamaños de gota lo suficientemente pequeños para favorecer su evaporación en el aire. Una distribución adecuada en número, así como la posición y la orientación de cada una de las boquillas permite obtener los mejores resultados.